Santuario
ResueltoQue la 78ª Convención General vuelva a comprometerse con el espíritu del Nuevo Movimiento Santuario apoyando a las congregaciones para que puedan ayudar a las personas inmigrantes, los menores no acompañados, las familias y las comunidades siendo centros de información, servicios y acompañamiento, y apoyando a las familias que se enfrentan a la separación en ausencia de una reforma migratoria integral y humana.
– Recomprometerse a dar refugio a los inmigrantes (Res. 2015-D057, 78ª Convención General)
La Diócesis Episcopal de Carolina del Norte siempre ha apoyado a los inmigrantes y, especialmente en los últimos tiempos, la reforma integral de la inmigración. Ya sea en forma de asociaciones, como el Ministerio Episcopal de Trabajadores Agrícolas, o proporcionando a las iglesias y a los feligreses recursos para mejorar su propia educación sobre la vida y las preocupaciones de sus vecinos inmigrantes, la Diócesis ha estado al lado de los inmigrantes, de los derechos de las personas indocumentadas y de la necesidad cada vez mayor de una reforma migratoria en nuestro país.
Forma parte de la misión de la Iglesia servir de espacio seguro para las personas que corren el riesgo de ser tratadas de forma inhumana, y hacer un llamamiento a quienes ocupan puestos de poder para que utilicen su poder de forma justa y misericordiosa. Las iglesias pueden realizar esta labor de diversas maneras, empezando por conocer a nuestros vecinos inmigrantes, recibir los dones que traen y ofrecerles apoyo espiritual, emocional y material a ellos y a sus familias. La amistad con los vecinos inmigrantes también puede llevar a las iglesias a abogar por reformas legales.
En términos generales, santuario significa lugar de refugio o seguridad y forma parte de los debates sobre inmigración desde hace mucho tiempo. Como personas de fe y conciencia, y recordando el mandato bíblico a Israel de acoger y honrar a los extranjeros y forasteros porque ellos también lo fueron en Egipto, queremos cuidarnos y apoyarnos mutuamente para garantizar que todos los miembros de nuestras comunidades sean respetados y acogidos.
En algunos casos, la llamada de Jesucristo a amar a Dios y al prójimo puede llevar a una iglesia a ofrecer santuario acogiendo a alguien en riesgo inmediato de ser deportado. Ofrecer refugio a alguien que está a punto de ser separado de sus hijos y de su comunidad puede ser un testimonio fiel del amor y el cuidado de Dios por todas las personas, especialmente las que están en peligro.
Es importante entender, sin embargo, que ofrecer santuario -definido de esta manera- es un acto de desobediencia civil. Incumplir deliberadamente la ley por motivos de conciencia es un acto moral y jurídicamente complejo, y nunca debe emprenderse a la ligera.
Debido a la complejidad y a las ramificaciones legales del santuario en la forma de proporcionar refugio a alguien en riesgo, cada iglesia debe hacer su propio discernimiento reflexivo y en oración sobre las formas en que está y no está preparada para ofrecer un espacio seguro a los inmigrantes en riesgo de deportación. Cada iglesia que contemple ofrecer refugio de esta forma debe buscar su propia educación para comprender los riesgos y las ramificaciones, no sólo para la congregación y sus miembros, sino, lo que es aún más importante, para aquellos a los que están tratando de dar refugio.
La Diócesis puede proporcionar asesoramiento sobre cómo investigar y acceder a los recursos educativos sobre el santuario para inmigrantes. La Diócesis no tiene una política unilateral y única sobre los tipos o condiciones para ofrecer refugio. Sin embargo, animamos a que si una iglesia está considerando ofrecer refugio, su liderazgo consulte directamente con un abogado de inmigración.
Si su iglesia está en proceso de discernimiento sobre la oferta de santuario y desea recursos educativos sobre el tema, póngase en contacto con su canónigo regional.
Descargue el manual sobre el santuario de la iglesia.
*Nota: El manual sólo pretende proporcionar información inicial sobre el santuario. No sustituye ni puede sustituir la búsqueda de asesoramiento legal profesional con especialistas en inmigración, un paso que la Diócesis recomienda encarecidamente para cualquier persona que esté considerando la oferta de santuario.
LO QUE TODOS PODEMOS HACER
Independientemente de dónde se encuentre su iglesia en un proceso de discernimiento sobre el santuario, TODOS podemos participar en la creación de comunidades de santuario, o lugares de servicio mutuo, amor y protección, en cualquier lugar y en todas partes donde una persona o personas sean vulnerables o estén en el punto de mira.
Individual, Familiar, Vecinal
- Interrumpir discursos de odio o violencia
- Acompañar a una persona destinataria en sus recados diarios
- Asistir a un curso de formación sobre "Respuesta comunitaria ante un escenario de crisis" para practicar cómo responder a actos de odio.
- Mantener conversaciones en su vecindario sobre lo que significa y podría significar un santuario para usted, sus jóvenes y sus vecinos.
Institucional (escuela, campus, iglesia)
- Crear políticas institucionales que garanticen la seguridad de los residentes del campus
- Formación de los compañeros sobre cómo crear un espacio seguro en el trabajo
- Crear un equipo en la escuela de su hijo para garantizar que todos los niños estén seguros en la escuela.
- Acogida de personas o familias
Ciudad/Estado
- Trabajar con su Ayuntamiento para garantizar la protección de los derechos de todos los residentes.
Por último, no descarte la importancia de las oraciones. Millones de familias de nuestro país viven en un estado constante de ansiedad e inseguridad sobre su situación residencial. Recemos para que el Congreso encuentre el valor y la voluntad de llevar a cabo la reforma integral de la inmigración que desea la inmensa mayoría de nuestra ciudadanía.