Los obispos de la Diócesis de Carolina del Norte comparten el llamamiento del Obispo Presidente Michael Curry para poner fin a la violencia en Gaza

Nos unimos al Obispo Presidente Curry para alzar nuestras voces de amor y dolor y exigir que cese inmediatamente la matanza despiadada de civiles en Gaza, y que se permita que la ayuda humanitaria fluya sin impedimentos, ahora. Como comunidad de fe, debemos defender, en este tiempo de prueba, la comunidad de amor de Dios, en la que la venganza y el castigo no tienen cabida. Unimos nuestras voces a la del Obispo Presidente Curry para animarles a hable tambiénespecialmente a nuestros dirigentes públicos.

Fielmente,

Obispo Sam Rodman
Obispa Jennifer Brooke-Davidson

De la Iglesia Episcopal:

EL OBISPO PRESIDENTE MICHAEL CURRY SOBRE LOS MÁS DE 10.000 MUERTOS EN GAZA: DETENGAN LA MATANZA

Puede que me conozcáis como el pastor que siempre está hablando de amor, y así es. Pero hoy soy consciente de que la urgencia del amor -el amor verdadero y sacrificado que respeta a toda la humanidad- no es sólo un buen sentimiento, y no es fácil.

Estamos llamados a un amor que exige mucho de nosotros. Estamos llamados a un amor que dice la verdad.

Hoy alzo mi voz por amor porque más de 10.000 personas han muerto en Gazamás de 4.000 niños.

La violencia es horrible y la geopolítica es compleja, pero mi llamada al amor es sencilla: Detengan la matanza. Deténganla toda. Deténganla hoy.

No nos quedaremos callados mientras a toda una población se le niega la comida, el agua, la electricidad y el combustible necesarios para el funcionamiento de los hospitales. No podemos permanecer impasibles mientras mueren miles de civiles. Nuestros socios en la región nos dicen que viven aterrorizados, que sienten que han muerto incluso estando vivos. Sienten que la comunidad internacional aprueba tácitamente la matanza de civiles y el bombardeo de escuelas, hospitales y campos de refugiados.

Permanecer callados en este momento sería una mancha en nuestras almas y ahondaría nuestra complicidad.

Los líderes estadounidenses deben decir a Israel que deje de bombardear zonas civiles y permita el libre acceso de toda la ayuda humanitaria a Gaza.

Todos los hijos de Dios -palestinos e israelíes- merecen seguridad. Tenemos que detener la matanza. Hoy mismo.

La venganza no resucitará a los muertos. Las represalias no repararán los daños y las heridas. Estamos llamados a amar, incluso y especialmente cuando parece imposible.

Debemos impedir que los próximos 10.000 sean asesinados. Como episcopales, debemos pedir a nuestros líderes -Presidente Biden, miembros del Congreso y otros- que sean inequívocos en cuanto a la necesidad de detener la matanza. Hoy. Esto es claramente lo que el amor exige de nosotros.